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Lámina Edward Hopper : Portrait of Orleans (1950)
Lámina Edward Hopper : Portrait of Orleans (1950) - Lámina 36 x 28 cm

Lámina 36 x 28 cm
19,00 €

Lámina Edward Hopper : Portrait of Orleans (1950) - Lámina 91 x 65,5 cm

Lámina 91 x 65,5 cm
45,00 €

Lámina Edward Hopper : Portrait of Orleans (1950)

REF : EHOP-OFF-11

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Lámina Edward Hopper : "Portrait of Orleans (1950)"
Movimiento artístico: Realismo Americano

Soporte : Papel de Arte grueso y satinado

Disponible en dimensiones : 36 x 28 cm y 91 x 65,5 cm

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Realismo Americano

El movimiento artístico del Realismo Americano surgió a mediados del siglo XIX como reacción a las convenciones artísticas establecidas y a la efervescencia política que prevalecía en los Estados Unidos. Nacido en el contexto tumultuoso de la Guerra Civil y la creciente industrialización, encontró sus raíces principalmente en las ciudades de Nueva York y Boston. Los artistas del Realismo Americano buscaban representar la realidad tal como era, sin adornos ni idealizaciones. Querían capturar la vida cotidiana de las clases trabajadoras y los ciudadanos comunes, poniendo de relieve realidades a menudo descuidadas de la sociedad. El movimiento adquirió así una dimensión política, denunciando las desigualdades sociales, las injusticias y las dificultades a las que se enfrentaban los trabajadores y los más desfavorecidos. Entre los destacados artistas de este movimiento, Grant Wood se destaca con su obra emblemática "American Gothic". Esta pintura, creada en 1930, representa a una pareja rural estadounidense frente a una casa de estilo gótico. Sus rostros severos y su postura rígida capturan la esencia de la vida rural y la austeridad que caracterizaba a esa época. "American Gothic" se convirtió en un símbolo de Estados Unidos conservador y tradicional, pero también en una crítica sutil de esa visión de la sociedad. Los artistas de este movimiento, como Edward Hopper, nos invitan a contemplar escenas familiares con una claridad desconcertante, revelando así la verdad cruda que reside en cada momento. Las pinturas de Edward Hopper, impregnadas de soledad y contemplación, nos sumergen en instantes congelados donde el tiempo parece suspendido. Los personajes solitarios e introspectivos que pueblan sus lienzos resuenan con una profundidad emocional, evocando cuestionamientos y reflexiones sobre la condición humana.

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