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Corbata Gustav Klimt - El Beso (Oro)

REF : CRA-KLIM-06

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Corbata de seda KLIMT

"El Beso"
100% seda - Oro

Lujuosa corbata de seda del artista impresionista Gustav KLIMT representando "El Beso" realizado en 1905

Hecha en Autria, hermosos acabados


La corbata es con medida de largo standard de 150 cm y un ancho máximo de 9,5 cm

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El beso (1908), Gustav Klimt

La obra de Gustav Klimt, "El Beso," es una obra maestra icónica que encarna el estilo simbolista y secesionista de Viena a principios del siglo XX. Esta pintura al óleo sobre lienzo fue creada entre 1907 y 1908 y hoy en día se considera una de las obras más famosas de la historia del arte. Esta pintura es una fusión sublime de erotismo, espiritualidad y simbolismo. Representa a una pareja abrazada, de pie al borde de un precipicio, entregada a un abrazo apasionado. Sus rostros permanecen invisibles, pero su amor brilla a través del tumulto de motivos dorados y círculos que los envuelven. Estos elementos simbolizan la unión espiritual y la trascendencia. La ornamentación opulenta de la obra es, sin duda, una de sus características más llamativas. Gustav Klimt utilizó hojas de oro y plata para embellecer la ropa y el fondo, creando una luminosidad encantadora y una riqueza profunda. Esta obra está marcada por el movimiento Art Nouveau, con sus formas orgánicas, líneas curvas y motivos florales. Esta estética se ve reforzada por influencias del arte bizantino y egipcio, especialmente en la geometría de los motivos y la estilización de las figuras. Más allá de su belleza visual, la obra también tiene una dimensión crítica. Puede interpretarse como una reflexión sobre la sociedad y el arte vienés de la época, donde la creatividad y la emancipación a menudo se veían obstaculizadas por rígidas convenciones sociales.

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Art Nouveau: Un Torbellino Ornamental que Marcó el Mundo del Arte

El Art Nouveau, este movimiento artístico que surgió a finales del siglo XIX en Europa, logró maravillar los sentidos y revolucionar la concepción artística hasta las primeras décadas del siglo XX. Sus fundadores, mentes visionarias como Victor Horta y Hector Guimard, infundieron una nueva vitalidad a la expresión creativa al adoptar un estilo ornamental extravagante, similar a una sinfonía visual extraída de la naturaleza. Entre 1895 y 1905, el Art Nouveau alcanzó su apogeo, sumergiendo el paisaje artístico y arquitectónico con su resplandor flamante. Sin embargo, su huella se arraigó profundamente en los entresijos del arte y la arquitectura, extendiéndose mucho más allá de ese período próspero. El movimiento se inspiró en diversas corrientes artísticas y culturales de la época, como el Japonismo y el Movimiento Arts & Crafts, mezclando con maestría elementos tradicionales y modernos para crear una estética audaz. Los artistas del Art Nouveau dejaron su marca con líneas curvas fluidas y motivos ornamentales complejos, floreciendo como pétalos en sus creaciones. Su pasión por la naturaleza se expresó en obras rebosantes de vida y energía, capturando la esencia misma del mundo natural en realizaciones de una belleza impresionante. También exploraron nuevos caminos artísticos, empujando los límites mediante técnicas de producción innovadoras, como el vidrio soplado y el metal forjado. Estos valientes creadores encontraron su terreno de expresión en una multitud de campos artísticos, ya sea en arquitectura, escultura, grabado, fotografía o diseño de muebles. Nombres como Victor Horta, Hector Guimard, Gustav Klimt, Antoni Gaudí, Alphonse Mucha, Théophile Alexandre Steinlen, Henri de Toulouse-Lautrec y Aubrey Beardsley iluminaron la escena artística con su genio creativo. Sus obras, expuestas en eventos internacionales, propagaron la fama del Art Nouveau a todos los rincones del globo. Aunque el Art Nouveau ocupó un lugar destacado en la historia del arte, no escapó a la crítica, algunos le reprocharon su falta de profundidad política y social. A principios del siglo XX, finalmente cedió su lugar a nuevos movimientos artísticos. Sin embargo, su legado perduró, impregnando el arte y la arquitectura con una influencia atemporal. Incluso hoy en día, se celebra y admira por su esplendor y creatividad sin igual, un testimonio eterno de una época en la que el arte se atrevió a empujar los límites de la imaginación.

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