Rafael, nombre francés de Raffaello Sanzio da Urbino, fue uno de los principales pintores del Renacimiento, junto con Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Botticelli.
Su influencia en la pintura es tal que sus métodos de trabajo (con el consiguiente taller donde cada uno se encarga de una determinada tarea) estaban vigentes en toda Europa mucho después de su muerte. Del mismo modo, las academias de pintura se apoyaron hasta el siglo XIX en sus preceptos y principios.
La mayor parte de la obra de este pintor fallecido muy joven (37 años) se encuentra en el Vaticano.