Marc Chagall nació en Vitebsk, actual Bielorrusia, antes de naturalizarse francés en 1937.
Chagall fue, durante su vida, un exiliado, encontrando estabilidad solo en los seres que le eran queridos, en particular sus dos esposas. Bella, la primera, que acompañó sus primeros años, desde la pobreza hasta el exilio americano en la Segunda Guerra Mundial, y que allí murió en 1944; y Vava, se conocieron en Vence, en esta Provenza que se convertiría en la suya y que le devolvió el gusto por la pintura.
Amor, humanidad, mucha poesía, memoria y mucha esperanza, ¡así era Chagall, el pintor y el hombre!